Iconografía de la Muerte en la Edad Media y en la Merindad de Olite
“Iconografía de la Muerte en la Edad Media y en la Merindad de Olite” ofrece un recorrido por las huellas visuales de la muerte y el más allá en el arte y la cultura material de la Navarra medieval. Partiendo de la importancia de las artes escénicas como vehículo de transmisión cultural —desde danzas rituales hasta representaciones teatrales en plazas y claustros—, el proyecto rescata imágenes que, aunque fugaces en su origen, quedaron grabadas para siempre en muros, lápidas y esculturas.
En la Merindad de Olite y sus alrededores se identifican y analizan numerosos testimonios:
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Monumentos funerarios y símbolos de paso: estelas decoradas con crismones o motivos astrales; calvarios y cruceros que evocan la pasión de Cristo y servían de señal judicial y devocional.
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Animales y signos clásicos: grullas y mariposas como portadoras del alma; la Rueda de la Fortuna y la Psicostasis (pesaje de las almas) que recordaban la inestabilidad de la vida y el destino postrero.
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Figuras legendarias y bíblicas: representaciones de Leviatán como boca del infierno; el “Encuentro de los Tres Vivos y los Tres Muertos” ilustrando la fugacidad de la existencia; y los instrumentos de la Pasión (Arma Christi) que formaban la iconografía mortuoria devocional.
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Santos protectores contra la muerte y la peste: San Cristóbalón, cruce de culturas y creencias, y San Sebastián, intercesor frente a epidemias, cuyos relieves y esculturas locales narran su fervorosa devoción.
El texto culmina destacando cómo, más allá del horror de la peste y la mirada terrible de la muerte, estas imágenes medievales constituían una pedagogía visual sobre el juicio, la redención y la esperanza, y cómo hoy pueden valorarse como una ventana insustituible al imaginario colectivo de la época.